miércoles, 15 de agosto de 2012

MARIPOSAS MUTANTES EN FUKUSHIMA

Científicos japoneses descubren mutaciones en mariposas expuestas a la radiación, tras el accidente de la planta Fukushima, registrado el mes de marzo del año 2011, en Japón, revela un artículo publicado en el portal “Scientific reports”, de la revista científica “Nature”.

La publicación señala que la crisis nuclear provocó “la masiva liberación de material radiactivo al medio ambiente”, lo cual dañó fisiológica y genéticamente a las mariposas Zizeeria, una de las especies más comunes en el país nipón.

Las principales mutaciones en las mariposas se observan en sus alas, las cuales tienen un tamaño considerablemente más pequeño al normal, así como en los ojos, irregularmente más desarrollados.

Estos insectos, específicamente las mariposas Zizeeria, son consideradas indicadores medioambientales, debido a que tienen un ciclo de vida de aproximadamente un mes, y sus alas cuentan con un patrón cromático muy sensible a los cambios ambientales.

Algunos de los especímenes recolectados e investigados en una primera muestra por científicos de la Universidad de Ryukyu, en la isla de Okinawa, mostraron “anormalidades leves”, las cuales se presentaron “más severas” y en una porción creciente en su segunda generación.

Para los científicos, no hay duda de que la exposición a la contaminación radioactiva causa daños en los genes de los insectos, sin embargo, serán necesarias más investigaciones y experimentos para saber si otros animales en la región también se han visto afectados.

La tragedia de Fukushima, se desencadenó el 11 de marzo de 2011, cuando un potente terremoto dio lugar a un tsunami que arrasó la planta costera y causó una serie de fallos catastróficos en las instalaciones, lo que a su vez, causó afectaciones a la agricultura, pesca y ganadería, además ocasionó la evacuación de más de 50 mil personas en un rango de 20 kilómetros alrededor de la planta.

miércoles, 1 de agosto de 2012

SECRETOS DEL ARROYO MIGUELETE

El curso de agua más extenso de Montevideo tiene mucho que contar
Fernanda Muslera para El Observador